Guía de A Costa da Morte

Malpica es un antiguo puerto ballenero donde actualmente predomina la pesca de bajura. En él se encuentran las Torres de Mens, escenario de cómo los señores feudales durante el medievo fueron sometidos por el pueblo durante la Revolución Irmandiña y la localidad de Buño, famosa por su artesanía de barro que se caracteriza por su color oscuro y vidrioso decorado a pincel fino. En su costa se ubican también las Islas Sisargas, refugio natural de numerosas aves marinas (principalmente gaviotas y cormoranes) que eligen este sitio para su reproducción.

Otro destino turístico ineludible es el pueblo de Corme conocido por sus percebes, en especial los de la zona del Roncudo, que adquiere su nombre del ruido que produce el mar cuando golpea sus acantilados. Su fiesta se celebra desde 1992 los primeros sábados del mes de julio. Su monumento más representativo es la Pedra da Serpe (Piedra de la Serpiente) que se asocia con la llegada de los pueblos celtas que se asentaron en la región y que tenían como símbolo a este animal. Además de ésta, numerosas cruces de piedra adornan su faro y recuerdan las tragedias que se cobraron vidas en el mar.

Laxe, es otro de los lugares con encanto de esta región por sus playas, miradores de aves migratorias y restos de la cultura castreña que posee, entre otras cosas.

A los amantes de la Historia les gustará la localidad de Vimianzo ya que se puede realizar una ruta recorriendo numerosos dólmenes (Dolmen Pedra cuberta, Pedra Moura, Pedra da Lebre, etc…) y visitar el Castillo de Vimianzo, que tuvo antiguamente una importancia especial por su cercanía a la costa, porque servía de control de las rutas comerciales del Mar del Norte y de los negocios de la sardina y salazón y por los botines rescatados de los numerosos naufragios.

Siguiendo el recorrido llama la atención el pintoresco pueblo de Camelle, hogar de Manfred Gnädinger, más conocido como Man, el Alemán de Camelle, escultor y ermitaño que construyó en las rocas una Casa Museo dedicada a la naturaleza y al mar.

Camariñas es otro de los importantes destinos turísticos de la zona, célebre entre otros motivos por su pulpo y sus encajes, verdaderas obras de arte confeccionadas sólo con hilo y que celebra su Feria de Muestras en Semana Santa. Su faro, en el Cabo Vilán, fue el primer faro español en funcionar con energía eléctrica y presenta unas vistas excepcionales. Posee playas de enorme belleza como la de Reira, Santa Mariña, Arou o la de O Trece, en cuyas costas tuvo lugar en 1890 el naufragio del navío inglés Serpent que dejó un balance de 172 muertos. En su honor se levantó el Cementerio de los Ingleses, monumento que se puede visitar actualmente. Además, para los amantes de la naturaleza y el senderismo existen numerosas rutas que se pueden realizar: una de ellas es la Ruta de los Molinos, que transcurre a orillas del Río Grande entre viejos molinos de granito, refugios de pescadores y merenderos creados para el descanso.

Muxía es otra de las localidades conocida a nivel nacional por su Santuario de la Virgen de la Barca, cuya romería se celebra el segundo domingo de septiembre y congrega a miles de personas que acuden para pasar debajo de la Pedra dos Cadrís, a la que se le atribuyen propiedades curativas y para mover la Pedra de Abalar. Además, como curiosidad Muxía posee los únicos secadores de congrio del mundo.

La villa noble de Corcubión también merece una pequeña mención ya que su casco viejo fue declarado Conjunto Histórico Artístico en 1985 por su arquitectura tradicional formada por casas señoriales de carácter marinero.

Siguiendo el recorrido llegamos a la localidad de Fisterra (Finisterre), considerada en otros tiempos fin de la tierra y fin del Camino de Santiago. Su singularidad dio pie a la existencia de numerosas leyendas y creencias que aún hoy perviven en la memoria de sus gentes como son las de: Arasolis (altar de culto al Sol), la del Santo Cristo o la de la Ermita de San Guillermo donde había una gran losa de piedra a la que los matrimonios estériles acudían para poder concebir a sus hijos. Su puerto es un lugar de gran actividad debido al apreciado valor de sus pescados y mariscos y sus playas (Langosteira, Mar de Fóra, Rostro, Sardiñeiro, etc..) son de las mejores de Galicia. El primer domingo de agosto se celebra la Fiesta del Longueirón, ya que es el marisco más típico de la región.
El Faro de Fisterra, construido en 1853 es testigo de hermosos atardeceres y su cabo es considerado desde 2007 Patrimonio Europeo.

En Dumbría es obligada la visita al Mirador del Ézaro por sus fantásticas vistas, ya que en él confluye el Río Xallas, el único de Europa que desemboca al mar en cascada, hoy canalizado para la producción de energía eléctrica. De todas formas, el rio suele abrirse los Domingo y los sábado por la noche en verano, para deleite de los turistas, que pueden admirar la grandiosidad de la Cascada o Fervenza del Xallas. (Actualización 2011: ahora se encuentra todo el día abierta por el caudal ecológico)

Y finalmente el recorrido por la Costa da Morte termina en el municipio de Carnota, lugar de records, famoso por poseer uno de los hórreos más grandes de Galicia con 34.74m de largo, 1.90m de altura y 22 pares de columnas creado en 1768 y considerado Monumento Nacional. Además, Carnota puede presumir de tener la playa más larga de Galicia con más de 7 kms de longitud y elegida una de las 100 mejores del mundo.

Dentro del mismo municipio el Monte Pindo es otro de los lugares que merece la pena visitar. Considerado el Olimpo Celta, su pico más alto se eleva más de 600ms sobre el nivel del mar y las leyendas cuentan que fue morada de los dioses y lugar mágico de culto.